martes, 5 de noviembre de 2013

Arquitectura de una aplicación web bien estructurada

Aún, entre programadores y diseñadores que llevan años construyendo sitios web, son comunes prácticas de desarrollo heredadas de los primeros años de la web. Durante la Guerra de los Browsers, y el auge del software WYSIWYG tipo Dreamweaver o Frontpage, la industria no tenía estándares claros y las tecnologías de desarrollo competían sin control. De esta época todavía subsisten las tablas dentro de tablas, el JavaScript “Internet Explorer Only”, la etiqueta FONT y atributos como bgcolor o border. Todavía se diseñan documentos HTML distintos para el monitor y la impresora, aún cuando el contenido es el mismo.

Pero la web ha cambiado. Los fabricantes de software, los diseñadores y los mismos browsers o navegadores se están dando cuenta de que este caos tecnológico encarece la producción de contenidos para la web hasta hacerse insostenible. Se están definiendo estándares que permiten separar los distintos elementos que componen una página web -un documento- en partes específicas: estructura, presentación, comportamiento.

Cuando hasta hace poco era común encontrar páginas que reunían html, imágenes (los famosos gifs transparentes), textos y JavaScript en una sopa indescifrable de código, ahora se han separado las tareas y madurado lenguajes que permiten al desarrollador aislar los problemas y por tanto las soluciones, minimizando el tiempo invertido en el diseño, producción y mantenimiento del contenido.

Así, un documento bien estructurado para la web consta de al menos tres capas: una capa de estructura en html, una capa de diseño compuesta por hojas de estilo en cascada css, y otra capa de comportamiento escrita en JavaScript.

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